Eran las cinco de la mañana, y estaba preparando la mochila para ir de acampada con dos amigos. Y de pronto, abre la puerta mi hermana pequeña y me pregunta que por qué hago la mochila si era sábado. Tan pequeña y tan inocente …
Llegaron las ocho de la mañana, y al portal de su casa estaban esperando los amigos.
Fuimos caminando poco a poco, para que la mochila pesaba demasiado. Al llegar al bosque me hizo daño la barriga y el cuerpo. Era porque tenía ganas de evacuar. Pero no entraremos en detalles.
Y por fin llegamos a un lugar donde podíamos poner la tienda de campaña. La mía era de color verde moco, y la de mis amigos azul. Como teníamos que coger madera para hacer una hoguera, me presenté voluntaria aún sabiendo los peligros que me puedo encontrar en este bosque. Hay una leyenda de este bosque, y no se si contarla, la quiere escuchar? No se por que pregunto?, si soy una hoja en blanco con cuatro letras y con más faltas que palabras.
La leyenda cuesta de creer, pero la contaré …
... dice que hace años, en el bosque vivía una bruja de capa caída que se llamaba "Calchona". Esta bruja era muy malvada, porque dicen que cogía a dos o tres niños del pueblo y se los llevaba a su casa.
Lo que hacía la bruja era poner a un niño en una esquina, y al otro niño lo torturaba sacándole los ojos, las extremidades, vaciar la cabeza, y sacarle las costillas.
Ya os imagináis lo que le hacían al otro chico ...
Y esta es la leyenda de este bosque. Yo no me la creo, pero dicen que es verdad.
Cogí la madera necesaria para hacer un buen fuego y volví a las tiendas de campaña.
Al ver que no había nadie, y con un poco de miedo dejé la madera en el suelo silenciosamente. Me di cuenta de que no estaban, y me estaba poniendo muy nerviosa.
Minutos después, oí unos gritos horribles. Recordando la voz de mis amigos y los gritos, había llegado a la conclusión de que era la misma voz. Estaban torturando a mis amigos!
En aquel momento no sabía que hacer, si ir a casa corriendo o ir a donde los estaban torturando.
Decidí ir a donde los estaban torturando, por que los quería salvar. Y no sabía por dónde ir: si por la derecha, la izquierda, recto o por detrás. Pero en ese momento se escucharon de nuevo los gritos horribles, y se escuchaban por la derecha.
De repente, se creó una niebla muy espesa. Caminando, vi una casa pequeña y tenía un mal presentimiento. Y entrando se veía una mancha de sangre en la entrada. Entré en una habitación oscura y llena de sangre por todas las paredes. En otra habitación estaban mis amigos tirados en el suelo, sin extremidades ni ojos.
Me entró el pánico y, de repente, vi la sombra de una presencia. Y no tenía forma humana. Al girarme, vi un espectro oscuro y que olía a muerte. El espectro tenía en la mano una guadaña. Antes de que me la clavara, ya estaba saliendo por patas hacia el bosque. El espectro me siguió hasta el pueblo, pero desapareció al llegar al centro del pueblo.
Le conté a mi madre lo que me pasó, y fuimos a la policía.
Al poco tiempo, ya estaba todo el bosque lleno de policías. No vieron a ningún espectro, pero sí a personas descuartizadas.
